La recta final de la campaña electoral para las municipales ha sido cuanto menos, intensa. Sinceramente pienso que ha servido para que todos y todas tengamos más ganas de participar y cuando lo hagamos, seamos responsables.
Ahora es momento de respetar los resultados. No podemos menospreciar a las personas que han expresado su deseo para los próximos cuatro años en las urnas. Ahora no hay que quejarse, hay que continuar reflexionando.
Y ... me planteo hasta qué punto tiene sentido el movimiento 15M a la postre de las elecciones.
¿no debiéramos los/las ciudadanos/as continuar ejerciendo nuestra ciudadanía participándonos e involucrándonos en los canales habituales?
Si hemos llamado la atención de las instituciones, les hemos tirado de las orejas pero... ahora les debemos dejar actuar y si acaso, la plataforma ciudadana deberíamos permanecer en contacto entre nosotros y nosotras y continuar manifestando nuestros intereses una vez la maquinaria comience a andar.
Sinceramente pienso que nuestra sociedad está bastante bien articulada y la desazón de los y las que la formamos es lo que ha llevado a la clase política a considerar que consiguen la gran piedra filosofal con la que hacer y deshacer riquezas a su beneficio mientras nosotros nos lamentamos en los bares y poco más.
ES por ello que me gustaría que toda la revolución se traslade a los canales creados al efecto. A una buena prensa libre y democrática, medios de comunicación con periodistas sin mordaza, asociaciones con muchos y muchas afiliados con libertad y pluralidad para participar. Nosotros y nosotras hemos de pensar en nuestro futuro. EL 15M ha tenido su objetivo y ha sido el gran paso para la esperanza pero considero que debemos recoger las tiendas de campaña y trasladarnos al verdadero campo de batalla. Esto debe de haber servido para reformular nuestra democracia.
Siento mucho lo que ha ocurrido con BILDU.
Sólo Dios sabe...
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