MI TIERRA

Si hoy no te escribo, madre, te estoy decepcionando. No puedo callar. No puedo dejar pasar de largo este día. Allí, en mi tierra, unos estarán en un camino dando un paseo al sol, otros estarán leyendo el periódico, otros aún durmiendo y dentro de unas horas, en la playa. Allí es fiesta. Aquí, en mi corazón también. No sé si mantenemos vivo alguno de los ideales que hicieron nacer el sentimiento de unión, de autonomía hace ya tantos años. Hoy te veo desgastada Andalucía. Hasta los/las que hemos emigrado a la capital para crecer (en algún aspecto) nos vemos casi incapaces de hacerte honores y engrandecer tu nombre construyendo un mundo mejor. Estamos agotados y agotadas ¿a donde recurrir para ponerte otra vez guapa y resplandeciente como una novia al entrar al a la iglesia en su boda?
¿Volveremos los andaluces a ser lo que fuimos?
Quizás ahí en el himno, encontremos la verdadera solución. Con tanto ladrillo, tanto ERE, tanto echarse en cara hemos perdido el rumbo. Ya no sabemos bien de dónde venimos y esto nos impide trazar la línea para seguir el nuevo camino.
Madre Andalucía, enséñanos tú otra vez la senda. Danos tú el impulso de la creatividad para abanderar la solución y el cambio positivo que todos y todas los que despiertan por debajo de Despeñaperros y los/las que despertamos por encima de la linde andaluza necesitamos.
Que nuestros corazones se limpien y las vegas de tus rios recuperen la riqueza de nuestro reino. Abajo los taifas, arriba los convenios, los acuerdos, los armisticios, las uniones, las conexiones. Por nosotros, por nuestros hijos/hijas, por Andalucía libre, España y la HUMANIDAD.